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Política en defensa propia


El gobierno actual tiene en sus manos la oportunidad de cambiar la vida de millones de personas en nuestro país aprobando una reforma que reduce las 48 horas laborales a 40 horas ¡y no lo hace! Por eso “Si no nos representan, nos vamos a representar a nosotros mismos”.


El pasado 28 de noviembre se presentó un grupo de personas en las inmediaciones del H. Congreso de la Unión en la Ciudad de México para protestar a favor de la aprobación de la jornada laboral reducida ya que, recordemos, México es de los países dentro de la OCDE que más trabaja y peor remuneración recibe (Datos ofrecidos por Viri Rios durante el Parlamento Abierto en torno a la reducción de la Jornada Laboral el día 13 de noviembre de 2023).


La protesta empezó con un grupo de gente convocada a las 11 de la mañana quienes con carteles en mano y megáfonos exigían la aprobación inmediata de dicha reforma, los carteles con la leyenda “#YoPorLas40Horas” se leían a través de las rejas que protegen la cámara de diputados, pero de a poco las personas fueron abandonando el lugar al no verse atendidos en sus demandas.


A las 4pm el panorama cambio, pues un grupo de jóvenes de no más de 25 años empezaron a congregarse y unirse a la protesta: intercambios de libros, carteles con el mensaje “Paso más tiempo en la pinche oficina que con mi familia” y cumbias caracterizaron a este grupo que con gritos y porras apoyaban el movimiento. Los jóvenes continuaban llegando y de a poco el grupo fue creciendo, pasando de no más de treinta integrantes hasta llegar a poco más de 50 personas en total entre los que se veían trabajadores, estudiantes, madres y personas de la 3era edad. Los ánimos se elevaron, los gritos y las porras resonaban y comenzaron a llamar la atención de los trabajadores del Congreso, distintos colectivos llegaron para apoyar aún más el movimiento y llegadas las 5:30 de la tarde la avenida principal Eduardo Molina fue completamente bloqueada por los manifestantes; evidentemente los granaderos no se hicieron de esperar y, pese a ser una manifestación pacífica, hubo una riña que no se prolongó por mucho antes de que encapsularan al grupo manifestante cerca de la entrada al metro San Lazaro.


Pero, ¿quiénes eran estos jóvenes y por qué decidieron apoyar este movimiento? En una breve entrevista entre baile y musica, Jose Luis, influencer integrante del Colectivo Migala expresó: “Nos dimos cuenta de que estos diputados, que nos representan a nosotros en papel, en realidad están representando a la Coparmex. Y cuando 10 empresarios dicen que no están listos, que hay que hacerlo con tiempo… perdón, pero la mayoría de la población dice que sí estamos listos y necesitamos una reducción de la jornada laboral […] Se supone que tenemos un gobierno de izquierda, pero ese gobierno de izquierda solo escucha a la Coparmex y a Salinas Pliego. Si a esa vamos, pues saldremos a las calles para que escuchen que la población a la que se deben está a favor de esta reforma […] si ellos no nos representan entonces vamos a representarnos a nosotros mismos”.



La historia de las civilizaciones está repleta de héroes y villanos, intereses personales o institucionales, y la única constante que observamos en ella es el Ser Humano y su capacidad de crecer en complejidad las sociedades en las que habita y con ello surge una palabra que pareciera estar maldita para el mexicano promedio: “política”. Pero esta palabra, manchada por la historia corrupta de este país, debe resignificarse como algo cotidiano y que esta al alcancé de todos y cada uno de nosotros. Un poder que todos podemos ejercer por el mero hecho de ser Seres Humanos y que de hecho está respaldado por la Constitución que recordemos, no te lo da, sino que debe garantizar que puedas ejercerlo (¿o no te suena el derecho a la libre asociación?).


Porque la política lejos esta de ser sinónimo de corrupción y de sindicalismo charro, sino que es en esencia la forma en la que los integrantes de un grupo se organizan para tomar decisiones que modificaran o no las dinámicas del grupo en el que participan, así la política deja de ser el apellido de una clase dominante y se convierte en el nombre de todos y cada uno de los integrantes que conforman este país.


Esta nueva forma de ver la política se constituye como un acto de resistencia cultural que se está poniendo en boca de las juventudes mexicanas hartas de escuchar que las cosas no pueden cambiar y dispuestas a hacer el intento por mejorar la situación de todos, porque si Cultura lo es todo, Cultura también es política.


“¡Política en defensa propia!” se escucha detrás de las manifestaciones por los derechos de las mujeres a no ser violentadas en un país con altos índices de feminicidios, de fondo en las movilizaciones por los derechos de los indígenas que hallan en esta ciudad solo desigualdad, a la par de los movimientos estudiantiles que exigen un alto a los abusos de los docentes en las Universidades, y ahora se escuchan en el Congreso de la Unión y en cámara de Diputados para exigir mejores condiciones laborales y una jornada de 40 horas, recordando que hace 100 años que no se modifican las jornadas laborales en México, ahora hay  una reforma laboral que lejos quedo de ser una petición y ahora se ha vuelto una exigencia.


¡Política en defensa propia! Se empieza a escuchar aquí y allá, la clase política y los grandes magnates de México (que a veces son los mismos) trataran de extinguir la luz primera de una voz que se alza en contra del estatus quo, pero lo que no saben es que ya varias luces han sido encendidas y todas son primeras.

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