Antes de que te saltes este escrito, déjame decirte que entiendo de dónde viene tu rechazo hacia ella. La mala prensa, sus amigas modelos, el hecho de que fuera de un chico a otro y que en 2016 Kim Kardashian la expusiera como una persona mentirosa, quizá haya tenido efecto en la percepción que tienes de ella. Muchos la tienen.
Cuando tenía doce años, uno de mis primos era fan suya y se me hacía lo más comercial y plástico que existía, pero ¿adivina qué? En el fondo era super fan suya, me hacía la que no me gustaba solo porque en ese tiempo (y pienso que todavía hoy) está mal visto que tu género de cajón sea el pop; te hace básico, predecible y de gustos antiestéticos, entonces disfracé mi gusto en gusto culposo, hasta que un día me di cuenta de que canción tras canción, las letras, el ritmo y el estilo, iban conmigo. Nadie me había roto el corazón en ese entonces, pero yo ya me sabía Our song al derecho y al revés, había visto el video musical miles de veces y me aprendí toda la letra, aunque no le entendiera en aquel tiempo cuando decía “Our song is the way you laugh /The first date; "Man, I didn't kiss her, and I should have".
Fui a Mixup y agarré el primer disco que encontré de ella, de ahí descubrí Fearless, Jump then fall, Breathe, Fifteen, Love Story, Forever & Always y seguramente la más conocida para los que no son fans: You belong with me.
En varias entrevistas, Taylor ha dicho que Love Story la hizo en cuestión de horas, en un arranque de enojo cuando sus padres no la dejaron salir con un chico, subió a su habitación y la compuso inspirándose en la historia de Romeo y Julieta, quienes no tuvieron un final feliz, así que, para liberarse un poco del enojo dentro de su canción, lo tuvieron.
Es fácil perderse en la típica imagen de niña norteamericana de tez blanca privilegiada con ojos azules, good girl vibes y políticamente correcta; y sí, por un tiempo lo fue. Pero nadie destaca que a los dieciséis años había firmado un contrato con Sony Music para ser escritora, que renunció a su contrato porque quería escribir canciones para ella en lugar de para otros cantantes, que se mudó a Nashville junto con su familia para cumplir su sueño, picó piedra hasta ser descubierta por Scott Brochetta en Blue Bird Café con quien firmaría para Big Machine Records, la misma compañía que para 2019 vendió todo su catálogo musical a Scooter Braun y le puso un ultimátum que la obligaba a adquirir todo álbum hecho cada que creara dos álbumes nuevos.
Nadie habla de que sus canciones tienen los mejores escritos: y llamaste otra vez para romperme como una promesa, casualmente cruel en nombre de la honestidad[1], voy a bailar esta noche por todo lo que he vivido, pero no quiero bailar si no estoy bailando contigo[2], la religión en tus labios aunque quizá sea un falso Dios[3]; tú no recordarás ninguno de mis problemas de champaña[4], de repente el verano desaparece, nunca he tenido el coraje de mis convicciones[5], llévame a los lagos donde los poetas fueron a morir[6], y cuando me sentí como un viejo cárdigan sobre la cama de alguien tú me pusiste y dijiste que era tu favorito[7]… y podría seguir y seguir.
Su talento para componer, su dedicación a la música y la cosecha de éxitos que tuvo en la cúspide de su carrera por allá del 2014, quizá hizo que fuese más aceptada, o en algunos casos tolerada, por aquellos que pensaban que no podría triunfar en la música. Empezando por Kanye West, que ni siquiera pensó que estaba afectando la autoestima de una chica de apenas diecinueve años, o si lo estaba pensando, nunca le importó.
Dentro del documental Miss Americana, podemos ver el proceso emocional por el que pasó después de que internet se le fuera encima, cancelándola y asociando el emoji de una serpiente a su persona. Nadie la vio durante un año. Para finales de 2017 sacó su álbum llamado reputation, en letras minúsculas, como si fuera lo que menos le importaba en esos momentos. Y ella misma lo dice en su documental, cuando más triste o enojada debía sentirse, era cuando más feliz estaba porque estaba con su novio Joe Alwyn, el actor británico a quien le dedica canciones como Lover[8], Cruel Summer[9], Delicate[10], Dress[11], End Game[12], donde podemos verla en esta nueva faceta de “amante”, pero también donde su poder lírico no reside en las decepciones amorosas como lo había sido Red, también podemos entender que la artista abarca todas las emociones que ha experimentado hasta ahora y nos brinda consejos tan valiosos, que al día de hoy han impactado a una generación de artistas como Conan Gray, Olivia Rodrigo y Sabrina Carpenter, por mencionar a algunos.
Cuando nadie la veía seguía componiendo música, su único lugar seguro y también su salvavidas como lo representa en el video musical de Cardigan, en su momento más triste y apartado de los medios, ella siguió escribiendo.
Quizá la “America´s Sweetheart” haya tenido una vida fácil y privilegiada, tanto por su tez blanca y una familia aparentemente normal, pero siempre deseó más, ¿no es normal querer desear más aun cuando aparentemente ya lo tienes todo? Para algunos es un camino viable, lógico; para otros un camino de codicia, y la mayoría opta por relacionar a Swift con el segundo rubro. Y es que decidió presentar una queja contra Apple por no remunerar a los artistas en su plataforma, y quitó todo su catálogo musical de Spotify solo por no recibir dinero por las reproducciones, cosa que sí recibía la compañía de streaming por todas las canciones que se reproducían al día. Siempre haciendo hincapié en que los artistas viven de sus composiciones y obras, que merecen el mismo respeto que cualquier persona que trabaja tanto en la industria como fuera de ella. ¿Qué hizo la gente? Criticarla. Aparte de ser una persona privilegiada y exitosa, ¿todavía quería más? No lo podían creer. No podían creer que la adolescente que saltó al estrellato con canciones country y botas vaqueras ahora se paraba ante grandes corporativos a exigir sus derechos legales sobre su música.
Ella siempre estuvo consciente de las distinciones entre los artistas femeninos y masculinos, se dio cuenta de ello de inmediato entró en el panorama musical. Ni hablar de cuando la comparan con Los Beatles a la hora de las reproducciones en las plataformas de streaming, simplemente les resulta inconcebible que eso suceda. La verdadera pregunta no es si esto se debe a si los géneros son completamente distintos, sino a que unos son hombres y ella es mujer.
Dentro de su documental también nos explica que las artistas mujeres tienen que reinventarse veinte veces más que los hombres, porque de otro modo se quedan sin trabajo, que las personas que están a la espera de verlas en los estadios y espectáculos televisivos quieren que sigan sorprendiendo con nuevas facetas que representen un reto para ellas. Cómo olvidar el intento de Miley Cyrus por pasar de su faceta de Disney Channel a una faceta más adulta y menos infantilizada en los premios MTV Video Music Awards del 2013, donde el twerking apenas empezaba, pero, oh sorpresa, casi fue cancelada por la mayoría de los fans y de los artistas que vieron la presentación. Tiempo después a través de la mirada de Taylor, podemos entender que la reinvención de las cantantes siempre será un tema polémico, en el mejor de los casos, o aburrido en el peor de ellos.
Que mientras más se acerquen a los treinta años pierden la fuerza que algún día tuvieron y tienen que seguir reinventándose para mantenerse relevantes, aunque el éxito que alguna vez alcanzaron ya no vuelva jamás.
Y pese a que su éxito realmente ya no sea el mismo, para 2020 decidió sacar dos álbumes nuevos, Folklore y Evermore, respectivamente. Volviendo a sus orígenes del country, pero siendo fiel a su estilo personal. Quizá mucha gente entienda el folklore por el significado literal de la palabra el saber de los pueblos, y no es que Swift haya traído consigo el saber de los pueblos anglosajones a su disco, eso lo tenemos claro, sino que por medio de la narrativa que la caracteriza y los sonidos tanto de guitarra y banjo, nos logra transportar a estos paisajes naturales y boscosos que también forman parte de la temática de ambos discos, una mezcla de lo moderno con lo viejo del medio oeste, la concepción visual de los cuentos de hadas y los grises.
En esta nueva etapa muchos swifties (como nos hacemos llamar los fans), se han perdido en la nueva transición y no los culpo. Pasar de hacer pop-country, luego pop para pasar a canciones que transitan hacia rock alternativo, chamber rock e indie pop folk, géneros que nunca habían acompañado los álbumes pasados.
“Quiero seguir trabajando duro mientras la sociedad siga tolerando que siga siendo exitosa” dijo en su documental. Tal vez los años que vengan en la carrera de Taylor Swift no sean como lo fue en su tiempo con 1989 o Red, pero seguramente valdrá la pena estar al pendiente de su discografía, después de todo, las regrabaciones de sus discos todavía siguen siendo vigentes, para noviembre de 2021 se espera que Red Taylor´s Version salga al mundo compartiéndonos más canciones de las que ya han visto la luz. Y quizá, impactando a nuevas generaciones de artistas que escriban desde sus vivencias, pero también que tomen conciencia de su arte en el medio capitalista en el que se desenvuelven, que luchen por lo que les corresponde y consigan al mejor abogado (ese consejo no lo doy yo, lo da Taylor).
Detrás de la artista podemos ver a una mujer que luchó por conseguir su éxito, que sigue escribiendo canciones, pero que las personas tan solo la reconocen por Shake it off y Love Story, cuando su discografía abarca más historias, más letras y más sonidos de los que pueden reducirse a dos canciones.
A medida que me vuelvo más madura y consciente acerca de a quién le doy espacio dentro de mis hobbies y gustos musicales, definitivamente no me arrepiento de seguir escuchando a Taylor Swift de fondo mientras estoy leyendo, trabajando o estando en el carro mientras sigo el hilo de las canciones. Definitivamente es un ícono para la generación centenial, después de haber sido rechazada por los de su propia generación, estoy viendo que más jóvenes se sienten identificados con su música, que los inspira y que puede ser relatablea cualquier edad (¿a qué persona no le han roto el corazón?).
Definitivamente ella no es ni será la primera mujer que ha intentado reformar la industria musical, pero, aunque sea por un perfecto momento, la ola swiftie se sintió como si fuera a ser eterna. Y es ahí cuando escuchar decir “Taylor Swfit es la industria musical” no fue cuestionado por nadie.
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