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Abigail Campos

Palacio de Minería: un palacio dentro de la ciudad de los palacios


Palacio de Minería, Fotografía del Archivo Prieto Soldevilla


Existen palacios en todo el mundo, unos majestuosos, otros no tanto, cada uno con funciones distintas: alojar a las familias reales, fungir como museos, o ser recintos donde se puedan encontrar los recuerdos de un viejo régimen. Sin importar la intención al crearlos, terminan de diferente manera, algunos se convierten en parte importante de la cultura y de la historia, incluso de la sociedad de aquel país. Una de esas edificaciones, es el Palacio de Minería que se encuentra en la capital mexicana.


Se localiza en la primera calle de Tacuba, su fachada principal ocupa toda la cuadra entre el callejón de la Condesa y la calle Filomeno Mata. Tras una larga campaña de construcción, el edificio se levantó por Manuel Tolsá para el uso del Colegio de Minería, el cual lo ocupó desde el año 1813 hasta 1867 propiamente.


Usaron materiales especiales para su construcción debido a la falta de firmeza en el piso, por eso es un caso escandaloso de hundimiento. En 1830 iniciaron los desplomes. Antonio Villard hizo un proyecto para hacer las reparaciones pertinentes, aunque estas comenzaron a ser mayores con el tiempo.


La fachada principal mira al norte, con una extensión de 90 metros, igual que al oriente y hacia el poniente son 81 metros, en total el edificio ocupa una superficie de 7,606 m2.


La construcción tiene dos ejes, el primero corresponde al vestíbulo, el patio principal y la gran escalera al fondo; el otro eje se marca por la prolongación hacia ambos lados del corredor sur del patio principal, por medio de unos largos pasillos que terminan en los muros de las fachadas laterales. A lo largo de la fachada principal corre una crujía, al centro de la cual se encuentra el vestíbulo, simétricamente distribuidas las dos entradas secundarias a cada lado con sus correspondientes portadas.


El patio principal en dirección al poniente está limitado por un muro y el callejón de la Condesa, donde hay un patio central junto a dos crujías, sucede lo mismo con el espacio entre el muro del patio principal al oriente y la calle Filomeno Mata. Todas las crujías están subdivididas libremente sin la interrupción de las fachadas o la distribución anterior. Los patios tienen las mismas condiciones, divididos con otras dependencias.


El piso bajo se destinó a las accesorias, al laboratorio, a la cocina, refectorio y servicios anexos; en el entresuelo se instalaron viviendas del personal y los dormitorios de los alumnos, cada uno con sus servicios. El piso principal se reservó para la capilla, el Salón de Actos, las aulas y la vivienda del director.


En 1833 se hizo un nuevo plan para reorganizar la Instrucción Pública, reemplazaron al Colegio de Minería por los Establecimientos dependientes de la Dirección General de Instrucción Pública, aunque estas no duraron mucho, restableciéndose el orden anterior el 12 de noviembre del siguiente año. Nueve años después el estudio de la carrera de preparatoria dedicado a las ciencias naturales recayó en el Colegio de Minería. En 1854 la Escuela de Minería y otras quedaron sujetas al Ministerio de Fomento.


El 2 de diciembre de 1867 se expidió la Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal, cuyo capítulo segundo trata de la instrucción secundaria. El artículo 88 habla de las profesiones del Colegio, y junto con el artículo 12 le daban fin como institución por la reforma a la enseñanza del doctor Gabino Barreda. Poco después, al quitar los recursos preparatorianos para la carrera de minería, esenciales para su organización, se provocó la pérdida restante de su carácter educativo.


Desde 1868 la Institución se renombró como Escuela Nacional de Ingenieros, título colocado en su fachada principal junto al subtítulo que recuerda al Antiguo Colegio de Minería, 1792.


En 1877 la parte oriental del edificio fue ocupada temporalmente por el Ministerio de Fomento y se modificó para adaptarlo. Treinta y dos años después el Salón de Actos fue usado como Cámara de Diputados, también provisionalmente, demostrando su importancia no solo histórica, sino cultural.


El 24 de mayo de 1840 dieron un gran baile los miembros de la Legación Británica y los principales ingleses residentes en México, esto como conmemoración del casamiento de su soberana. Otro baile igual de famoso fue el que ofreció el general Porfirio Díaz cuando el régimen estaba en su apogeo.


El Palacio de Minería fue la cuna del estudio de las ciencias, y la más alta institución de la Nueva España ilustrada, por eso fue la sede del Real Tribunal del importante ramo de la Minería, con el estilo de Luis XVI. Dentro se resolvían cuestiones correspondientes tanto a la ciencia como a las humanidades, y ahí tuvieron formación los primeros profesionales reconocidos nacionalmente en todas las ramas, los cuales contribuyeron al crecimiento cultural del país.


Es parte del patrimonio artístico y cultural de la UNAM, resguardado por la Facultad de Ingeniería, la cual tiene varias instancias como la División de Educación Continua y a Distancia, el Centro de Información y Documentación “Ing. Bruno Mazcanzoni”, el Acervo Histórico, entre otras áreas administrativas y agrupaciones gremiales. También ha sido cede de diversas celebraciones como las anuales Ferias Internacionales del Libro realizadas normalmente a finales de febrero.


Este es un palacio lleno de historia, de valor artístico y, a veces, gran valor sentimental, como es mi caso, pues es una costumbre de mi familia ir a las Ferias del Libro que ahí se organizan. Hasta este año, solamente habíamos faltado a una desde que puedo recordar. A todos nos une el amor por los libros, pero yo, específicamente, siempre he sentido un gran cariño por este recinto debido no solo a su belleza arquitectónica, sino a todos esos recuerdos con mi familia que me muestran mis propios cambios como lectora y como persona a la vez.


Bibliografía

Calatrava, Santiago. Palacio de Minería. México: UNAM, 1951, 165 p.

Fernández, Justino. El Palacio de Minería. México: Instituto de Investigaciones Estéticas, 1951, 81 p.

Schroeder Cordero, Francisco Arturo. En torno a la plaza y Palacio de Minería. México: UNAM, 1988, 105 p.

“Palacio de Minería.” CDMX. Consultado en: https://www.archivo.cdmx.gob.mx/vive-cdmx/post/palacio-de-mineria

“Palacio de Minería” México es Cultura. La cartelera cultural. Consultado en: https://www.mexicoescultura.com/recinto/55880/palacio-de-mineria.html


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