El escritor Edward Morgan Forster (1879-1970) fue un novelista, ensayista, crítico social y literario nacido en Inglaterra; estudió en Cambridge, en donde pudo seguir sus propias inclinaciones intelectuales así como tomar la decisión de dedicarse a escribir. Desde el principio sus novelas creaban tensiones debido a las críticas sociales contenidas en ellas, basadas en una observación de la vida de clase media. Su fama se debe, principalmente, a dos novelas: Howards End (1910) y Pasaje a la India (1924), pero la que nos ocupa, debido a su esencia, fue publicada póstumamente en 1971: una historia con tres protagonistas, una pareja homosexual y un final feliz.
Este libro puede parecer otro más de romance o autoaceptación, pero en realidad una de sus riquezas es que nos demuestra cómo una persona se encuentra con la tristeza y la alegría ante ciertas etapas, que no son absolutas o eternas, sino que llegan constantemente a nosotros y se tienen que sentir y experimentar para poder seguir adelante. Muestra los “altos” y “bajos” de la vida, en este caso de la de Maurice, no hay una alegría absoluta hasta el final, pero en el proceso se mezclan toda clase de emociones para alcanzar la tan anhelada felicidad. El libro retrata cómo en la madurez, junto a la autocomprensión y a lado de un hombre que lo ama, se encuentra ese maravilloso lugar en donde pueden ser ellos mismos sin el rechazo constante de la sociedad. Precisamente, a lo largo de la historia, se habla del miedo al rechazo, el dolor, la soledad, la aceptación y, uno de los temas que yo puedo resaltar, el de cerrar ciclos para poder avanzar y madurar, no aferrándose a personas que no muestran interés o pensamientos que solamente limitan por no comprender la naturaleza humana.
En 1987 se hizo la adaptación al cine, la cual no tuvo mucha repercusión en su momento, aunque fue premiada en el Festival de cine de Venecia y se obtuvieron buenas críticas. En 2017 se realizó una restauración por su 30 aniversario y aunque tiene varias diferencias, que hacen poco comprensibles algunas acciones que en el libro se explican con monólogo interno, también muestra claramente los momentos felices que nutren la confianza del personaje, así como la búsqueda y el sufrimiento, pero que, al final, muestran que Maurice gana tanto en lo psicológico como en lo emocional.
En la nota final del libro se explica el proceso para crear la historia, pero también la gran importancia del final feliz: “estaba decidido a que por lo menos en una obra de ficción dos hombres se enamorasen y permaneciesen unidos en ese para siempre que la ficción permite”[1], incluso la dedica a “tiempos mejores”, pues la felicidad propia nunca será un desperdicio y menos en estos momentos de desesperanza e incertidumbre, debería ser una meta constante, pero sin olvidar que, en el proceso, está bien permitirse sentir tristeza, melancolía y soledad, pues así no solo se aprende, sino que se vive de verdad.
[1] E. M. Forster, Maurice, (Madrid, Alianza Editorial, 2003), 244.
Bibliografía
Forster, E. M., Maurice, Madrid: Alianza Editorial, 2003.
Guy Lodge, “Maurice at 30: the gay period drama the world wasn’t ready for”, The Guardian, (2017), https://www.theguardian.com/film/2017/may/19/maurice-film-period-drama-merchant-ivory (consultado 20 diciembre 2020).
John Bernard Beer, Britannica, “E. M. Forster”, https://www.britannica.com/biography/E-M-Forster, (Consultado el 20 diciembre 2020).
Maurice, dirigido por James Ivory, producido por Merchant-Ivory Productions y Channel Four Films, Reino Unido, Cinecom Pictures, 1987.
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