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Los sueños, ¿inspiración o imaginación?

“El que mira fuera sueña, el que mira adentro se despierta”

-Carl Jung


Los sueños, un espacio donde la mente se permite crear y ser todo lo que la lógica y la razón marcan como imposible. Apuesto a que alguna vez has tenido un sueño que al despertar y analizarlo notas que cae en la locura, ya sea porque el lugar, tiempo, o la acción que se realiza en ellos, resulta improbable de llevar a cabo, o por lo menos no de la forma en la que se planteó ahí. Existen sueños que brindan alegría, también están los que nos despiertan con un sobresalto o una sensación poco grata, los hay breves y otros no tanto, pero sin duda la mayoría de las personas los hemos experimentado.

Si lo pensamos bien, los sueños forman parte de la vida del ser humano desde la primera infancia hasta la vejez. Resulta algo tan natural que incluso cuando una persona tiene ausencia de estos durante su vida, puede ser señal de daño cerebral.

Y bajo esta normalidad que le otorgamos al hecho de soñar, muchas personas toman cierta inspiración de ellos, ya sea que crean que han tenido una revelación, se les ha dado una señal o simplemente porque la imaginación dentro de estos es vasta y les permite observar cosas que no habían notado.

Existen ejemplos de esto, y ya sea que pensemos que el contenido de esas experiencias haya sido una revelación o solamente producto de una imaginación sin límite que al dormir no puede impedir la mente racional, no se puede negar que gracias a su influencia, podemos disfrutar de célebres composiciones artísticas o descubrimientos científicos. Tal es el caso del afamado violinista y compositor italiano Giuseppe Tartini, quien vivió entre 1692 y 1770. Este músico tiene una singular historia, y es que la invención de su composición más afamada se vio influenciada debido a que tuvo un sueño en donde el diablo se le presentó y comenzó a tocar en el violín una melodía que al escucharla le pareció maravillosa y atractiva. Tartini quedó tan impresionado que al despertar intentó reproducirla, naciendo así la composición que le daría reconocimiento y fama llamada “El Trino del Diablo”, que según sus palabras, fue la mejor sonata que creó en su carrera, pero fue incapaz de igualar lo que había escuchado en su sueño y consideraba a su composición como inferior. Podemos observar que Tartini hizo de ese sueño su musa y creó una pieza maravillosa que sigue atrayendo por su belleza y complejidad, puesto que parte de la fama de la melodía es que requiere gran técnica de parte del músico que la reproduce.

Por otra parte en el campo de las ciencias duras, tenemos el caso del químico ruso inventor de la tabla periódica Dmitri Mendeléyev, quien llevaba tiempo sin poder determinar la ubicación definitiva de los elementos químicos en la tabla, hasta que en un sueño observó la versión que usaría como definitiva, misma que lleva usándose hasta la actualidad.

La última mención es para el químico alemán August Kekulé, quien descubrió la estructura anular del benceno después de haber soñado estar rodeado por serpientes que formaban un hexágono.

Al vislumbrar ejemplos como los anteriores, resulta curioso como un sueño puede influir a tal grado en las personas y fomentar la creatividad. Dentro de ellos es posible desafiar la normalidad y romper con los parámetros de lo habitual, tal vez por eso sirve de fuente de inspiración para quien decide ver más allá de “solo un sueño”.

A su vez, existen obras literarias que se han apoyado en el carácter imaginativo de la experiencia de soñar, un ejemplo bastante conocido es “Alicia en el país de las maravillas”, en donde Lewis Carroll, a través de la imaginación y sueños de Alicia, describe un mundo fuera de lo normal, incluso haciendo constantemente alusión a la locura, puesto que ese mundo no tiene límites a diferencia del mundo real. De ahí radica el éxito de su obra, ser un portal a un mundo extraordinario.

Más allá de lo inspiracional y fantasioso, el terreno de los sueños ha sido investigado por la neurociencia como forma de entender el porqué de la naturaleza de su contenido, o para conocer más sobre la actividad cerebral dentro de los sueños. Pero la neurociencia no es la única que ha tratado de darles un significado, si observamos bien, desde la antigüedad han existido intentos de tratar de entenderlos o de dotarles de un significado. Probablemente sigan pasando los años y la humanidad se siga intrigando, inspirando o dejándose llevar por las emociones que evoca soñar. No hay que olvidar que después de todo, es una manera de romper con la realidad y eso no siempre nos viene mal, ¿tú qué piensas al respecto?


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