Siglos atrás la humanidad se desarrollaba y avanzaba en el terreno del conocimiento de una manera muy distinta a la actualidad. Resulta interesante imaginar cuál era el estilo de vida en épocas como la Edad Media, en donde la mentalidad de la gente distaba totalmente de la que se tiene en 2021. Un milenio atrás, las personas trataban de aplicar lo que su saber les permitía descubrir y entender del entorno que les rodeaba.
¿La historia de la humanidad sería la misma sin las aportaciones de figuras como Lavoisier, Marie Curie o Descartes?, por mencionar solo algunos ilustres personajes. Aún antes de ellos, hubo personas en diferentes ámbitos que experimentaban, inventaban, descubrían y aplicaban teorías y conocimiento práctico. Estas personas usaban Grimorios, los cuales eran libros, muchas veces de creación artesanal, en donde podían verter su conocimiento sobre distintos temas como las plantas y sus propiedades, cómo realizar preparados herbales para aliviar ciertos males, a su vez contenían descripciones y resultados de experimentos con animales, siguiendo su propio método y, aunque este podría resultar sanguinario para los parámetros actuales, no olvidemos que se realizaron basados en el conocimiento que se tenía en aquella época. Otro de los temas era la mente y su poder, también los hay de filosofía considerada oculta, conocimiento esotérico y magia en general.
Probablemente hayas escuchado en alguna ocasión la palabra Grimorio, tal vez tengas alguna idea de lo que son y de donde provienen, o tal vez no sea así, en todo caso, siempre que se habla de ellos, evocan misticismo y la tendencia de pensar en lo oculto, lo sobrenatural y la brujería, pero ¿por qué se tiende a especular esto?
Había grimorios que hablaban de entes considerados sobrenaturales, incluso existe uno atribuido al Papa Honorio III que consiste en una recopilación de conjuros, oraciones e instrucción sobre exorcismos. Pero si se tiene que hablar de un tema recurrente en estos, es la magia, como el titulado “La Clave de Salomón”, atribuido a la autoría del rey Salomón y que recoge distintos preceptos de la magia renacentista.
Los grimorios tuvieron su auge en la edad media (siglo V al XV), sin embargo, su producción no es exclusiva de esa época. Su apogeo finalizó en el siglo XVIII con la popularización del método científico; a pesar de esto, durante el siglo XIX surgieron nuevos grimorios pertenecientes a los preceptos de nuevos cultos o religiones o a la autoría de “brujas y brujos” modernos. Es importante señalar que anterior a la era de la Ilustración y el desarrollo de las ciencias modernas, el conocimiento y la autoridad que validaba cualquier cosa y situación en occidente, recaía en la iglesia católica y cristiana. No olvidemos las épocas de “cacería de brujas” en distintos países, tan solo en México tuvimos a “La Santa Inquisición”, donde se juzgaba y castigaba a aquellas personas que se consideraban culpables de practicar brujería y actos de herejía. Cuando históricamente se ha demostrado que muchos de estos juicios se basaban en especulaciones, acusaciones falsas y en otros casos, se juzgaba a personas que tenían conocimiento en la medicina herbal y se les trataba en calidad de brujas y brujos.
Por muy equivoco y atroz que nos pueda parecer en la actualidad el resultado de esas acusaciones, tuvieron lugar en una época donde la humanidad aplicaba un razonamiento diferente al actual y aunado a que la máxima autoridad para decidir era la iglesia y sus miembros, todo se reducía a apegarse a los preceptos religiosos, o de lo contrario se consideraba herejía y brujería a todo lo restante; todo aquello que resultaba distinto a la religión imperante, debía ser combatido.
En siglos anteriores era común que miembros de la iglesia contaran con grimorios, muchos de estos almacenados en el vaticano, pues durante largo tiempo el control y el acceso al conocimiento estaba al alcance de muy pocas personas, en su mayoría, miembros de la iglesia. Pero aquellos que pudieron adiestrarse en algún saber como los anteriormente mencionados, o que no pertenecían a la iglesia y elaboraron grimorios, fueron considerados brujos o hechiceros. Se le otorgó al conocimiento de esos libros el carácter de oculto, otras veces de carácter demoniaco, y se creó la imagen de que aquél poseedor o autor de uno, merecía ser condenado. Durante años se persiguió y se demonificó a estos libros y sus autores, cuando muchas veces, más allá de lo ocultista, eran de uso personal. En épocas anteriores las personas se adaptaron a lo que tenían a su alcance y a veces hacer uso de esos recursos podía llevarlos a la muerte.
Es cierto que los temas recurrentes de estos muchas veces trataban temas relacionados a lo ocultista, pero en otros casos simplemente se trataba de conocimiento básico del entorno físico, químico y de biología. En cualquiera de los casos, la palabra Grimorio sigue siendo controversial, aún después de tantos años el carácter maléfico y de brujería se le sigue atribuyendo a estos libros de conocimiento milenario. Inclusive hay grupos u organizaciones secretas que se encargan de recopilarlos en un intento de acceder al conocimiento de estos, pues aunque existen algunos de los más antiguos publicados y a la venta en librerías o en internet, existen otros que resultan de difícil acceso, contribuyendo a rodearlos de un aura mítica.
Es debatible hablar sobre si todos los Grimorios deben ser tratados con el mismo carácter de ocultismo, brujería o conocimiento secreto, pudiera ser que estas sean ya características arraigadas al hablar de estos libros, pero también es cierto que fueron y son importantes para la humanidad, tanto así, que actualmente siguen causando polémica y fascinación al hablar de ellos, algunas personas los consideran malignos o místicos, otras más los miran como libros que recopilaron conocimiento antiguo. Y tú, ¿qué piensas de ellos?
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