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La marcha de las vacas

El Carmelo, Uruguay, no tienen igual, tené quebradas, ríos, la naturaleza, poder hacer deportes acuáticos. También supermercado y una asistencia médica privada muy importante. Además, la conexión eléctrica es toda subterránea y actividades ecológicas.


Entre esas actividades ecológicas se encuentra un hecho histórico bastante MUUUUrmurado por la MUUUchedumbre de la MUUUnicipalidad.


Nos remontamos a la tarde del 2 de marzo del año 2000, en el Arroyo/ Puerto De Las Vacas, Carmelo, Uruguay.


El arroyo de las Vacas es un curso de agua uruguayo que atraviesa de norte a sur al departamento de Colonia, este nace en la cuchilla de San Salvador en Ombúes de Lavalle y desemboca en el Río de la Plata junto a la ciudad de Carmelo, recorriendo alrededor de cincuenta kilómetros.


Su nombre se debe a un caudillo llamado Hernando Arias de Saavedra, proveniente de la provincia de Entre Ríos, quien realizó una de las primeras introducciones de ganado vacuno en este curso fluvial.


Desde entonces aquel arroyo se ha vuelto un destino turístico ideal tanto para humanos como… para las vacas de Uruguay, solo que lo hacen sin la presencia de los humanos, pues estos últimos se escandalizarían se vieran las alocadas fiestas que hacen las vacas; se montan en los yates, toman grappamiel, juegan rayuela y bailan candombe, pero toda esa diversión se ve amenazada por un enemigo tan fuerte que es capaz de contaminar todo el arroyo, es ahí donde la capitana del club de vacas del arroyo de las vacas Vacarla Bobinozki y su fiel amiga (a pesar de ser totalmente polos opuestos) la teniente Vacamila Vacunozinni, emprenden una misión para encontrarse con una criatura que se esconde en los alrededores del arroyo y posiblemente sea el causante de este caos, según las historias que cuentan las demás vacas.


A las 8 de la tarde las 2 vacas se encuentran dispuestas a caminar por los alrededores del arroyo para encontrarse con el ser que arruina su diversión.


capitana Vacarla: okey creo que ya no conoces el plan de localización del objetivo.


Teniete Vacamila: (de manera sarcástica) Lo he estudiado por meses capitana.


Narrador: ambas comienzan a gritar “criatura del arroyo” varias veces y muy fuerte, sin tener resultado alguno.


Teniente Vacamila: si, creo que este plan no funcionará.

Capitán Vacarla: No con esa actitud teniente.


Teniente Vacamila: (muy molesta) perdón por tener una actitud responsable.


Capitana Vacarla: (muy molesta) perdón por ser tan genial.


Teniente Vacamila: viendo el escenario que nos rodea, no sería muy inteligente de nuestra parte discutir. Siguiendo su juego, ¿cómo logramos encontrar a alguien que jamás hemos visto simplemente gritando su nombre a viva voz varias veces, y así, esperar una especie de milagro donde aparezca mágicamente?


Capitana Vacarla: gracias por su gentileza al seguirme el juego, es un plan que requiere concentración, hay que tener fe.


Narrador: ambas repiten la frase “tener fe” mientras dan una caminata larga hasta toparse con un hoyo en la tierra el cual emite un rugido similar al de un león.


Teniente Vacamila: finalmente la respuesta a todas nuestras preguntas.


Capitana Vacarla: ¿Quién le pregunta primero?


Teniente Vacamila: iba a decir que lo decidamos con un piedra, papel o tijera… pero, no tenemos manos.


Narrador: la criatura del arroyo sale del agujero emitiendo el mismo rugido similar al de un león, pero esta vez mucho más fuerte, aquel monstruo era un humanoide gigante compuesto de basura.


Capitana Vacarla: (asustada) pensándolo bien, yo soy el líder, usted es el cerebro, le dejo a usted las preguntas.


Teniente Vacamila: primera pregunta ¿qué especie es? Segunda pregunta ¿podemos llegar a un acuerdo sobre el cuidado del arroyo? Tercera pregunta: si tuviese hambre, que haría ¿aguantar el hambre o… comerse dos vaquitas indefensas?


Criatura del arroyo: *ruge*


Capitana Vacarla: esas no se escucharon como respuestas validas.


Criatura del arroyo: perdón muchachas generalmente me comunico por telepatía esto de hablar es difícil para mí, pero ya están aquí, así que díganme sus preguntas.


Teniente Vacamila: ¿qué... qué … qué pasó aquí?


Criatura del arroyo: acabo de salir de mi agujero.


Teniente Vacamila: no, que pasó con el arroyo de las vacas, ¿por qué… está contaminado?


Capitana Vacarla: ya deja de fingir, tu causaste esta destrucción.


Criatura del arroyo: no, jajaja, claro que no, los humanos están matando esta maravilla de la naturaleza con sus propias manos, gracias a su egoísmo y arrogancia, creen que son la punta de la pirámide, dicho pensamiento los envenena y no se preocuparon de esparcir aquel veneno en sus mares, tierra y aire; al final no necesitarán que la naturaleza se encargue de ellos, ya que los mismos están firmando su propio final al destruir sin ningún remordimiento su propio hogar, simplemente para satisfacer sus retorcidos intereses.

Capitana Vacarla: oye podrías decirlo un poco más lento, tenemos que explicárselo a nuestro rebaño.


Criatura del arroyo: no hay problema, en verdad es una explicación más corta, son imbéciles y le hacen daño a todo lo que la naturaleza les brinde.


Teniente Vacamila: justo lo que sospechaba, habrá alguna manera de arreglar esta tragedia.


Criatura del arroyo: el arroyo es suyo, el arroyo es ustedes y ustedes son el arroyo, y si tanto lo quieren… defiendan lo suyo.


Narrador: la criatura forma unas alas hechas de basura, alza el vuelo y absorbe toda la contaminación que se encontraba en el agua.


Criatura del arroyo: fue un gusto amigas, pero mi misión ya terminó, ahora es su trabajo… luchar.


Teniente Vacamila: que agradable sujeto.


Capitana Vacarla: si, era muy simpático, le hubiésemos invitado galletas y leche, parecía un tipazo.


Narrador: al otro día muchas vacas estaban reunidas rodeando el arroyo, tenían pancartas que exigían el cuidado del arroyo, estaban marchando, si, así tal cual, vacas marchando alrededor del arroyo de las vacas para cuidarlo, empezaron a usar su mugido, así su manifestación sería escuchada y todos se darían cuenta de este hermosos y reflexivo acto de la naturaleza, si los animales ponen de su parte para cuidar su hogar, porque nosotros, los humanos, no? En fin, la tierra no es del hombre… el hombre es de la tierra.

Aquel día quedo marcado en la historia, en Arroyo de las vacas, Río de la plata, Uruguay, tomó lugar la marcha más grande realizada por vacas para concientizar sobre el cuidado medioambiental (además de ser la más grande, también es la única que existe, así que no tenía mucha competencia).


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