“Pero nos sentíamos bien, nos sentíamos libres”-
Luis Zapata en El vampiro de la colonia Roma
Me aventuré a la exposición La noche nos pertenece que se encuentra en el Museo Nacional de San Carlos, la cual reúne testimonio visuales (pintura, fotografía y video) sobre la vida nocturna de la Ciudad de México y sus protagonistas. Las obras presentadas en la exposición narran los cambios que acompañaron a la modernidad del siglo XX en México, con sus prejuicios, sus cambios de paradigmas y la construcción de un sentido nuevo para un nuevo mundo.
La noche nos pertenece nos hace preguntarnos ¿qué tanto se esconde en la obscuridad de la noche? Como pobladores del siglo XXI, vivimos rodeados de luces de todo tipo y el espacio menos iluminado nos sorprender por las posibilidades que representa. La luz nos da seguridad para experimentar las cosas del mundo mientras limita nuestra posibilidad de asombro; por otro lado, la obscuridad también nos permite experimentar pero otro tipo de posibilidades, su dinámica es emocional, protege a los amantes y a los maleantes porque ahí cabe todo aquello que no se permite mostrar ante los ojos iluminados de la sociedad correcta.
Vivir en sociedad es vivir en conflicto, es estar en una permanente rivalidad entre el deseo y la obligación, entre lo correcto y lo incorrecto, entre la seguridad y la inseguridad. Es esa naturaleza humana que nos obliga a estar juntos la que nos separa, sus estrictas normas impuestas no comprenden a la complejidad de la realidad; es por eso que en las sombras se esconden luces tintineantes que van construyendo un universo distinto, más libre y más peligroso. En las salas de la exposición, además de acercarnos al efecto que tuvo el alumbrado público y la tecnología en la vida nocturna de México, también nos adentramos a los conflictos ideológicos entre el liberalismo y el conservadurismo, mismos que han permanecido hasta la actualidad.
Como si nos encontráramos en una novela policiaca, aquellas personas habitantes de la obscuridad, son protagonistas de una gran parte de la exposición. Fotografía, periodismo y reportes policiacos crean una idea de ese mundo de los invisibilizados; mediante estas formas de representación, se recrea la vida en condena de aquellas personas que contradijeron a las formas de vida, las preferencias sexuales y a los gustos que se consideraban correctos.
La noche nos pertenece estará disponible hasta el 3 de septiembre de este año. Recomiendo hacer el recorrido con algunos de los guías del museo para completar la información y tener un panorama más amplio de la temporalidad que toca la exposición; además, los y las guías son personas bastante amables y tienen un discurso inclusivo y respetuoso tanto hacia el pasado como hacia las referencias al presente.
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