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Ciudad de México, experiencia de un pseudoclasemediero

*Aclaración: este es un texto irónico que invita a la reflexión, favor de leerlo con ojos críticos y no tomarse todo literal, tampoco se ponga el chaleco, aunque le quede…


Lo que hace más ameno el transitar la CDMX es su gente, para este punto es necesario destacar que somos parte de una República Federal y que nos dejamos llevar por la democracia, pero le damos títulos nobiliarios a cualquiera que mejore nuestro día, por lo que no es de sorprender que encuentres ladies y lores famosos en internet, que en ocasiones son ejemplos de lucha y compromiso, como Lady Tacos de canasta, que hoy en día se le puede ver feliz atendiendo su restaurante. Hay muchas personas trabajadoras recorriendo las calles a todas horas, son las que mueven a la Ciudad y soportan horas de arduo trabajo con o sin contrato, también hay estudiantes, capitalinos y foráneos nacionales y extranjeros que aspiramos a un mejor futuro o a tener seguro médico por unos años de perdido.


Somo personas felices y algo agresivas como el típico perrito blanco y de pelo chino que habita nuestras calles, es el estrés el que no nos permite disfrutar de una sana convivencia. No creas que existe racismo, clasismo y xenofobia en este magnífico Estado, amamos a los turistas güeros (ya sabes, aquellos que pueden mejorar la raza), no sabemos qué es la discriminación, amamos al prójimo y si es católico; aquí hay lugar para todo el mundo, ya podemos ser considerados cosmopolitas y globalizados pues le hemos abierto las puertas a todo extranjero que quiera empaparse de la cultura mexicana; es difícil ser “El país amigo” porque muchos se aprovechan de las ayudas que da nuestro gobierno para no trabajar en lo que logran cruzar la frontera.


Te hablaba del estrés laboral, yo tengo mi propia pyme, vendo productos locales orgánicos a granel como cucarachas de alcantarilla, arañas disecadas que solo se encuentran en libreros viejos, palomillas, ratas parecidas a las gigantes del metro de N.Y., pero más decentes (esas que encuentras en el poder legislativo) y agua sucia, esta te la puedo vender de a litro o de a galón, deberías aprovechar y comprar un poco que ya ni para bañarnos habrá; yo soy mi propio jefe, es difícil manejar a una empresa con diez empleados a los que no les doy las prestaciones que dicta la ley, pero el negocio va muy bien, el otro día me fui a Huatulco y hasta a mi novia pude invitar, a mi mamá no le cae muy bien así que la tendré que dejar, pronto encontraré a una que sí sea digna de mí como dice mi mamacita santa.


Hay gente huevona que no quiere trabajar y se queja a cada rato de que no hay trabajo y que no ganan bien, ¡quieren ganar como el presidente y sin hacer nada! Como los albañiles, yo siempre los veo echadotes tomando su coca de litro y medio, se tardan más de un día en hacerte las reparaciones y algunos te quieren cobrar por día, eso sí que es ser descarados. También están los que venden dulces y cigarros en los paraderos, uno los puede atropellar y no les importa; o los que venden por catálogo porque no aguantan un trabajo normal. Esta Ciudad está llena de empleos y oportunidades para todos, si no encuentran trabajo es porque no han buscado bien o no quieren trabajar.


No me gusta hablar de lo negativo, pero si hay cosas de las cuales quejarse, por ejemplo, a cada rato hay manifestaciones, puro malandro y desastroso pagado por el gobierno va a esas cosas, ni tienen de qué quejarse, pero ahí van como borreguitos; que si las feministas, que si los indígenas, que si los estudiantes ¡todos son lo mismo! El país en general estaría mejor si la policía agarrara a todos esos delincuentes encapuchados que rayan nuestras paredes y hermosos monumentos, si yo viera a mis hijos hacer eso, los denunciaría para que los metan al menos al torito y se corrijan. Otra cosa que me hace enojar son las peregrinaciones del doce de diciembre, en vez de pedirle milagros a la morenita deberían echarle ganas, además hacen muchísimo tráfico, ensucian y llenan de basura, por si fuera poco, la mayoría vienen drogados, como los que van a pedirle a San Juditas, siempre moneándose, puro rata. Por último, están los que vienen de los otros estados, llenan el metro (yo por eso no lo uso), pero sí he visto los memes que suben al face de que todos están aplastados y huele a torta de milanesa; deberían buscarse un trabajo por donde ellos viven y dejar de invadir nuestra hermosa Ciudad, ellos también son los que traen la delincuencia y el tráfico.


Yo no tengo nada en contra de los pobres, pero ¿cuál es la necesidad de vestirse así de mal?, ¿qué no saben que como te ven te tratan? Luego por eso piensan que todos los chilangos somos nacos, yo sí compro buena ropa en eichanem que además son ecofrienlis y puedes llevar la ropa que ya no quieras a cambio de descuentos, nunca compraría moda rápida porque soy consciente de los problemas de la tierra. Es muy feo ir a ver a tus padres y que sus vecinos de tu edad se vean tan chakalones, yo siempre escondo mi celular (no me lo vayan a robar), mi mamá dice que son buenos muchachos, pero con esa ropa dan miedo, con todo lo que roban se deberían comprar mejores cosas. Imagina cómo sería la ciudad sin esa gente, podríamos ser como París o Milán.


En fin, yo invitaría a la gente a visitar mi ciudad porque a pesar de lo negativo, es perfecta y única. Si nos visitaran, se darían cuenta de que en México no vivimos puros sombrerudos que usan huaraches y toman tequila a diario. En ocasiones pienso en que ni siquiera somos tercermundistas porque tenemos todo lo que otras ciudades tienen. No se dejen llevar por los prejuicios de los gringos, no somos como Speedy Gonzáles, ni que fuéramos de Nuevo León.


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