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Foto del escritorBrenda Mortara

Carrie Bradshaw: en busca de la soledad perfecta

Sex and the city salió al aire en la década de los noventa, mostrándonos cuatro historias de mujeres donde el sexo, la amistad y la búsqueda del amor se volvieron de los temas más recurrentes de la serie.


La serie que en su tiempo fue controversial hoy es considerada anticuada. Y es que si bien, el hablar de sexo en el siglo XXI ha tomado diferentes ideologías y abarcado diversos temas desde juegos de rol hasta los roles de género, algo que he notado en estas historias es que el desarrollo de los personajes femeninos empieza a partir de un cambio de imagen, una ruptura amorosa o simplemente, cuando un nuevo interés romántico aparece. ¿Es verdad que para que existan historias necesariamente tiene que haber un acompañamiento del interés romántico?


Carrie Bradshaw se nos presenta como este personaje independiente, amante de la moda y de la escritura, por medio de su columna nos muestra las preguntas que le surgen acerca del amor y el sexo cuando está rodeada por su grupo de amigas más íntimo: Charlotte, Miranda y Samantha. Todas con las mismas preguntas, pero con personalidades muy diferentes a la hora de resolver sus problemas amorosos. Y aunque a lo largo de la serie Carrie quiere su independencia, ¿realmente quiere estar sola?

Hermann Hesse escribió:


“Soledad era independencia, yo la había deseado, y la había conseguido al cabo de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que se mueven las estrellas.”


Si la independencia y la soledad en este sentido son lo mismo, ¿por qué muchas veces el personaje femenino en este tipo de historias afirma una independencia que cree tener y que está más asociado con la parte laboral en lugar de la parte emocional?


Carrie se mantiene sola, tiene un departamento de renta controlada, tiene espacio para llenar su clóset de zapatos y va al día con sus tarjetas de crédito, pero ¿eso le da el título de llamarse a sí misma una persona independiente?


Hesse en El lobo estepario dice que es fría y muy grande, como si fuese un espacio al cual acudir y que nadie más lo puede llenar más que él, es frío porque no hay muchos “cuerpos” que lo llenen más que él, pero la verdadera pregunta es ¿la independencia necesariamente tiene que referirse a estar solos? ¿o sigue estando presente el interés romántico de por medio para definir esta condición? y si es así entonces, ¿las amistades terminan cuando las relaciones comienzan?


En un capítulo de la serie, Carrie se pregunta al ver a su amiga Samantha enferma y vulnerable si realmente necesitamos de alguien o si realmente sólo estamos respondiendo a la condición humana más básica: la compañía.


Samantha le dice que ninguna de las personas con las que mantuvo sexo casual acude a su llamada cuando necesita de ellos y le dice en tono triste y hasta cierto punto arrepentido que no haga caso a lo que los demás dicen, que se aferre a alguien que está obligado a estar con ella hasta cuando está enferma.


Momentos como este, donde se presenta a una Samantha vulnerable o en episodios más adelante donde se nos muestra una Carrie soltera, ¿la soledad y la soltería son sinónimos?

Miranda a lo largo de la serie aparece haciendo afirmaciones sobre “el hombre esto”, “el hombre aquello” y pone en contraposición a la mujer haciendo exactamente lo mismo, lo que pone a la espectadora a pensar si realmente la fórmula funciona para los dos sexos, y si no funciona, ¿realmente es la fórmula la que está fallando o son los prejuicios de una sociedad noventera?


Siguiendo con esta idea, Miranda tiene claro lo que quiere: ser socia en su bufete de abogados, tener su propio departamento y seguir disfrutando de su soltería, esta última siendo acompañada de un bebé, que al principio no pensaba tener.


Lo que me lleva a pensar lo siguiente, si estas tres mujeres antes mencionadas quisieran realmente una soltería llena de soledad, ¿por qué siguen en busca de compañía, es decir, de un hombre? Ya que dentro de su constructo social —y por desgracia también el mío—, estar soltera implica un grado alto de soledad, visto desde el lado masculino como algo normal, el típico hombre cis género heterosexual capaz de retirarse a un bosque a vivir con su perro y cazar ciervos, porque eso es lo que quiere y lo tiene sin ningún problema.

Si lo planteamos desde el lado femenino siempre me llega a la mente la idea de una mujer con encuentros casuales que no parecen terminar y que siempre termina ella en un departamento sola con sus ideas preguntándose si el amor de su vida llegará en cualquier momento a tocar a su puerta.


Por un lado, me encuentro con un hombre que para demostrar su independencia emocional va en búsqueda de sí mismo a una cabaña alejada del mundo y, del otro lado, a una mujer que demuestra su independencia por medio de encuentros sexuales sin profundidad, pero con un gran vacío emocional. La diferencia entre estos dos tipos de soledad me resulta grotesca y anticuada, pero al mismo tiempo me sorprende lo marcada que la tengo en mi mente.


En este discurso las mujeres pareciera que tendemos siempre a buscar la compañía y los hombres a buscar la compañía u olvidarse de ella. Siguiendo con los personajes de Sex and the city, en lugar de hablarnos de una soltería total y absoluta por parte de tres de las cuatro protagonistas, siempre me encuentro con esta idea de “voy a morir sola y estoy de acuerdo con ello” pero al mismo tiempo, rechazan esta afirmación buscando al hombre perfecto para ellas, una reinterpretación del cuento de hadas aterrizado a un Nueva York noventero, que sigue buscando el cuento de hadas pero ahora con sexo casual y citas que no llevan rápidamente al matrimonio.


Samantha termina con Smith, el señor Big va a buscar a Carrie a París y Miranda se da cuenta que lleva enamorada de Steve desde su primer encuentro. Ninguna termina sola, qué sorpresa. El amor lo conquista todo y aunque esta pareciera ser la premisa principal de la serie, a lo largo de muchos capítulos se ridiculiza a la única que se mantiene fiel a todos estos estereotipos románticos: Charlotte.


Si Samantha, Carrie y Miranda no están en busca del amor, ¿por qué pasan la mayor parte de la serie buscándolo?


Pareciera que su negación del amor está solo usada como recurso para mantenerse alejado del estereotipo común que caracteriza al personaje de Charlotte. El llamado pick me girl.

 

 

No soy como las demás chicas, pero sí lo soy


En el mercado de la personalidad de Fromm, podemos encontrarnos con el término sex appeal o lo que yo considero como un currículum que detalla rasgo a rasgo tanto la personalidad, actividades y talentos que cada persona se reconoce a sí misma o exagera para poder ser considerado elegible dentro del mundo de las citas.


Aplicaciones como Tinder y Bumble aunque sean más de índole corporal si no llenas una coincidencia casi específica con la otra persona, termina siendo un rotundo no.


¿Cómo es que Carrie se mantiene vigente en el mercado de la personalidad? Fácil, rechazando la idea del matrimonio tradicional y de alguna forma, llegando a tener un matrimonio tradicional.


Carrie Bradshaw es la pick me girl por excelencia. Es graciosa, a la moda, cuerpo estereotípico y al mismo tiempo rechazando la idea del ejercicio y las dietas —parecido a Lorelai y Rory en Gilmore Girls—, con esta chispa y encanto que es entendible ya que es la protagonista y es quien rige la perspectiva y escribe la historia.


Carrie hace un intento de mostrar su independencia, pero seamos sinceras, lo único que demuestra es su síndrome de hija única que termina por romperse cuando nos enteramos por Carrie Diaries que tiene una hermana —alerta de spoiler, es igual de insoportable que ella—, y aun así tiene actitudes con Aidan que nos hacen cuestionar si realmente quiere una relación o busca mantener su espacio e individualidad.


El gran dilema de las relaciones es siempre el mismo, mantenerse fiel a uno mismo o ver un nosotros impregnado en espacios comunes. Es necesario poder decir yo antes que nosotros, y no es necesario perder toda la individualidad para poder encontrar un espacio común, pero aferrarte a ser yo, yo y yo en la misma lista todo el tiempo, simplemente no funciona para un mundo de dos.


Carrie se muda con Aidan, pero jamás establecen límites o mantienen pláticas incómodas como las finanzas, haciendo que su acercamiento termine en distanciamiento y en un amorío entre Carrie y Big. Demostrando que Carrie nunca quiso una relación formal, solo disfrutaba de la compañía, siempre y cuando pudiera volver a su departamento para quejarse amargamente de por qué no podía estar en una relación para luego desayunar con sus amigas y seguir mintiéndose a sí misma de que no quería perderse por un hombre, cuando el único hombre por el que quería perderse se había escogido a sí mismo desde el principio.


Esta clase de afirmaciones y luego de acciones completamente diferentes, nos dan a entender que las mujeres no buscamos la soledad en total plenitud, sino que es una excusa para poder llegar después al estadío amoroso en el cuál culmina nuestra existencia -y aparentemente las series de televisión y/o películas románticas.

 

Charles Bukowski y la soledad “masculina”


Teniendo esto en cuenta, ¿es posible que las mujeres quieran estar solas? Si nos vamos a este tipo de recursos narrativos y televisivos a la hora de contar historias de mujeres siempre se limitan a las historias románticas donde el felices por siempre sucede cuando encuentras al príncipe azul y es considerado patético cuando la mujer encuentra su final feliz estando sola, y hasta se llega a cuestionar si en realidad ese es su final feliz o una forma de evadir la realidad: la mujer termina sola.


El hombre que se retira a una cabaña en el bosque pareciera ser más fuerte que una mujer que decide escogerse a sí misma, y aunque en términos de soledad ambos se encuentran en el mismo punto, parece ver una gran división entre lo que es la soledad femenina y la soledad masculina.


Charles Bukowski dice “cuanto más separado de las personas se encontraba, mejor se sentía”, en la temporada 2 el episodio cuatro se titula They Shoot Single People, Don't They? donde Carrie acepta posar para un artículo de revista hablando sobre ser soltera y fabulosa, terminando en una portada de revista donde se denota el descuido y su adicción por el cigarro lo que me hace pensar, ¿cómo nos imaginamos a una mujer soltera en esta década? ¿seguimos viendo el cigarro como punto de partida, o ya podemos usar el adjetivo de fabulosa sin ninguna gota de sarcasmo?


Si los productos culturales que consumimos en su gran mayoría dejaran de promover las historias románticas, entonces ¿qué tipo de historias se estarían contando sobre mujeres?

¿Se puede ir en busca de una soltería sin estar completamente solo o es que el discurso de mujer independiente solo aplica cuando nos sentimos plenos o hastiados de la gente?

¿Podemos lograr vernos a nosotras mismas de la misma forma en cómo se ven los hombres ya sea en una relación o estando solteros?


Quizá Carrie Bradshaw no sea el ejemplo perfecto de lo que signifique estar soltera por siempre, después de todo, en la temporada cuatro vuelve a estar con Big, pero si nos deja una enseñanza: el estar soltero no significa que todo sea malo ni mucho menos que se está solo, al contrario, la soledad y la soltería son cosas que no tienen por qué estar ligadas permanentemente, si uno lo quiere, puede rodearse de amigos y familia, a veces con uno es suficiente, todavía nos falta camino por recorrer en lo que respecta a descubrir lo que somos sin el otro, pero creo yo que cada día estamos más cerca de poder definirnos a nosotras mismas sin tener que poner a otra gente de por medio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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