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Foto del escritorVictor Arizmendi

Onírico


Cierra tus pestañas,

que vuelen en tejidos,

hasta alcanzar los polos

de países extraños.

 

Las muñecas te persiguen;

mis sombras cubren maizales;

dentro de la alacena se besan

aquellos amigos prohibidos.

 

Nadie lo corta libremente,

la narrativa nos lo impide,

sudando y temblando ufanos,

rechazando el descanso enfermo.

 

Son deseos internos, eternos,

extremos como grandes miedos,

pero con sabores adictivos,

que amargan al poco tiempo

la risa del recién veraniego.

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