Si tú decides alejarte entonces no iré a buscarte.
Si decides callar tal vez ya no tenga caso hablar
y si decides regresar, espero no haber dado marcha más allá.
Al final tu decidirás, pues me he cansado de dar,
de preguntar y no tener respuesta
de vacilar entre lo que es y lo que no es...
La duda mata, traiciona y causa angustia
es por ello que en la soledad encontré consuelo
el consuelo de saber que estoy aquí: vivo, sintiendo... escribiendo
¿para quién? Tal vez para un alma que también necesite consuelo, el consuelo de los que en el silencio morimos lento
de los que han perdido la esperanza al encontrar la línea siempre ocupada o tal vez vacía...
En fin, si tú decides, tendré que respetar, pero solo espero tu respetes mi caminar y no lo tengas que reprochar.
Para lamentos ya hubo tiempo, es momento de continuar.
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