El origen de la vida comienza en los labios,
cuando se abren y cierran en la masa de los senos
y mamas por primera vez,
y pruebas esos sabores y pides más
y descubres como besar
y la lengua encuentra la salida y se deja seducir
al sentir las salpicaduras de saliva
como las distintas notas del café,
algunas amargas, dulces o saladas
y te llevan a probar los pecados de las entrepiernas
y comienzas por saborearlos lentamente
como los ardientes ostiones,
agregando un poco de acidez con tu lengua,
viendo como cobran vida esos capullos
dejando salir su dulce néctar,
fundiendo los pares de labios palpitantes
los dejas marinarse en sus jugos
para prepararlos y los tragas de un golpe
y a veces dejan entrar a los colibrís
para depositar dulces mieles de amor
y crees tener una muerte chiquita
y sientes de nuevo la vida en los labios
cuando tiemblan y exigen de nuevo un beso.